El comandante Castro llevaba desde 2008 prácticamente retirado de la escena pública, relevado en las tareas de gobierno por su hermano Raúl, tan solo cinco años menor eso sí con una evidente mejor salud. En ese tiempo Cuba ha firmado tratados de comercio con la administración Obama (que Trump ha amenazado con revisar aunque eso sea algo poco probable por la multitud de republicanos que se benefician de lo firmado) y realizado algunos, muy mínimos, gestos de apertura al mundo. Movimientos muy lentos. En Cuba la vida discurre a un ritmo muy diferente.
Soy un detractor del comunismo y tengo bien presente que en Cuba hay una dictadura. Recuerdo perfectamente el descalabro económico que es aquel país. También tengo bastante claro que en el origen de la situación hay un alto porcentaje de culpa de factores externos eso sí, que no justifican algunas políticas castristas. La historia de Cuba esta llena de despropósitos desde su independencia de una España en quiebra y desintegración que sencillamente no pudo ni supo echar a andar la isla, la incapacidad de sus dirigentes, la inmadurez política (ambas heredadas de la vieja Castilla) así como la intervención interesada y avariciosa de los Estados Unidos de Norteamerica y difícil relación de estos con los cubanos, cuya ruptura con la metropoli marcó profundamente reafirmando su deseo de independencia, han sido los factores originarios del su subdesarrollo.Alguien podría afirmar que la Revolución triunfó en 1959, Castro y los suyos han tenido tiempo de sobra para implantar sus políticas revolucionarias y hacerlas funcionar. Hay quien usa el "no despegue" cubano como una prueba más de lo irrealizable del sistema comunista pero ambas afirmaciones son erróneas. Para la primera repetiré lo dicho con anterioridad: el ritmo de Cuba es mucho más lento que el de el resto del mundo. El sistema cubano ha impuesto para su sociedad un ritmo lento. El capitalismo que impera en el mundo es rápido y agresivo. El sistema cubano es pausado y pasivo, aceptó su papel de "rareza asediada". Tras algunos intentos fracasados en América latina y África reaccionó al boicot y bloqueo internacional encerrándose en si misma. En el caso de la segunda afirmación responderé: esto solo demuestra que el sistema comunista no funciona en oposición al capitalista. Que el capitalismo es tan dañino que el mínimo roce destroza una maquinaria aparatosa, ineficaz y pesada (como toda tecnología en sus comienzos). Añadir además que Castro se adhirió a la causa comunista algo después del triunfo de la Revolución y que su abrazo a dicha ideología fue en parte una reacción a las políticas expansionistas norteamericanas.
Pese a mi rechazo a justificar las políticas de Castro y mi aversión al sistema comunista debo admitir que la disolución de la figura de este (como la de Sánchez Gordillo en Andalucía, pero esa es otra historia) me generó cierta, quisiera que se me entendiese, tristeza. Castro y Cuba fueron oportunidades perdidas, no inicios que permitieron germinar modelos sociales diferentes que evolucionaran positivamente. Del resultado del fracaso vinieron repúblicas bolivarianas esperpénticas. La única oposición al sistema capitalista que nos está devorando terminó roma y la luz de su faro, el infatigable Fidel, terminó apagándose casi simultáneamente a las llegadas de vuelos comerciales desde Nueva York a la Habana.

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